TRIANGLE OF SADNESS: EL DERROCHE DE LOS RICOS

El nuevo trabajo de Ruben Östlund, Triangle of Sadness, continúa la línea de trabajos anteriores del director y aborda críticamente el comportamiento de la clase alta.

Bruno Palladino

Escritor en proceso. Pasión por la literatura, cine y series como formas de arte. Intentando alcanzar el verdadero Unagi.

14/02/2023

El director sueco Ruben Östlund ya se ha logrado construir un nombre dentro de la industria. Con su anterior película, The Square, había ganado la Palma de Oro en Cannes y la nominación a mejor película en lengua extranjera en los Oscar. En esta oportunidad, Triangle of Sadness repite el premio francés y consigue la nominación a mejor película de la Academia, además de otras por guion y dirección. Todo hace suponer un crecimiento del director, que ha sabido capitalizar el éxito y su estilo provocador. Pero nada de esto lo exime de las críticas y, tal como sucedió en el pasado, su nuevo trabajo despierta un enorme rechazo, casi en la misma cantidad que los elogios.

Triangle of Sadness se estructura en tres partes. En la primera, conocemos a Carl (Harris Dickinson) y Yaya (Charlbi Dean), una pareja de modelos que conviven con la superficialidad y las inseguridades de su mundo, y discuten sobre quién debía pagar la cuenta del restaurante. En la segunda, esta pareja es invitada a un crucero de lujo, gracias a que Yaya es una reconocida influencer. Allí aparecerán una serie de personajes, en lo que se convertirá en una suerte de relato coral. Paula (Vicki Berlin) es la complaciente encargada del personal a bordo; Dimitry (Zlatko Buric), un magnate ruso; Woody Harrelson es el capitán, que se la pasa borracho en su camarote; entre un extenso etcétera. Luego de una cena desastrosa en la que todo sale mal, se da inicio a la tercera parte, donde la dinámica de grupo se verá muy afectada por las circunstancias. En este punto, la relación no exenta de rispideces entre Carl y Yaya se retoma bajo nuevos ángulos.

TRIANGLE OF SADNESS

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LAS CRÍTICAS A TRIANGLE OF SADNESS

Los conflictos interpersonales de la pareja de Carl y Yaya contrastan con un problema más estructural. Tiene que ver con desigualdad entre ricos y pobres, millonarios despreocupados y humildes trabajadores, la lucha de clase en un mundo donde cualquier alternativa es inevitable e indiscutiblemente capitalista. Pero también tiene que ver con la imposibilidad de debatir, la inutilidad de cuestionar, cuando la dinámica del mundo nos lleva puestos. Y tiene que ver con el poder, el sentimiento de superioridad sobre el otro, el uso de los cuerpos ajenos para el deleite y goce propio, entre otros posibles sentidos que podemos extraer.

¿Cuál es el problema? ¿Por qué genera tanto rechazo? La principal crítica sobre Triangle of Sadness es que se pasa de snob y pretenciosa. En su afán crítico, en sus cuestionamientos a las desigualdades e injusticias del sistema capitalista, ofrece una visión desde una supuesta superioridad moral progresista, sin ir a fondo en las reflexiones, sin demasiada profundidad. Ahora bien, si es cierto que esta lectura es posible, también es bastante arbitraria.

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CONTINUIDAD TEMÁTICA Y DE ESTILO

En primer lugar, si hay algo que caracteriza los temas y problemas que aborda Östlund es su preocupación por las apariencias, las contradicciones y la autocomplacencia de las personas, más precisamente de clase alta acomodada. Que es una visión política del asunto, pero qué duda cabe si ni siquiera intenta ocultarlo. También podemos no coincidir con su punto de vista, bienvenido sea. Pero criticar a la película precisamente por eso, es no entender el estilo o la poética que intenta el autor: guste o no, es propia. Ya quedó claro con sus películas anteriores, principalmente The Square y Turist, que es una búsqueda y no una falta de criterio al momento de tomar las decisiones.

Esto va de la mano con el siguiente cuestionamiento que se le hace a Triangle of Sadness: el exceso escatológico sin sentido. Si conocemos un poco la obra del director, sabemos que la incomodidad no solo es un recurso, es prácticamente un fundamento estético. Todas y cada una de las escenas presentan algún grado de incomodidad, sea narrativa o formal. En este caso, la cena desastrosa en el crucero termina en un exagerado festival de vómitos y desperdicios que dura, literalmente, 15 minutos en pantalla. ¿Era necesario tanto? Narrativamente quizás no, pero eso no es lo único que importa. Si nos molesta la extensión, el efecto está logrado: la obscenidad del exceso es también un problema de clase. El lujo es vulgaridad.

TRIANGLE OF SADNESS

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¿QUÉ NOS DEJA TRIANGLE OF SADNESS?

Por último, la cuestión de la profundidad. ¿Qué le estamos pidiendo a las películas? Quizás el problema sea la sobre-interpretación que hacemos nosotros mismos, esperando extraer una visión completa y acabada de una realidad. Tomemos la escena inicial del restaurante, por ejemplo, y la charla posterior en el auto. Se está hablando de quién paga la cuenta, pero también de mucho más. Y, a la vez, los personajes no dejan de ser sumamente superficiales en los argumentos. ¿La película no tiene profundidad reflexiva? ¡Los personajes no tienen profundidad reflexiva! La película no necesita, no debería, incluso no puede reflexionar sobre nada. Solo se limita a mostrar y ahí se ve el sinsentido, lo banal, lo ocioso de estar discutiendo frases y argumentos a favor y en contra del capitalismo mientras todo se viene a pique. Por supuesto que es un artificio, no se está mostrando en el sentido estricto, porque todo es una puesta en escena. Pero ese es el efecto, y esa es la lectura que podríamos hacer de la película. Pedirle más profundidad es justamente, exigirle la superioridad moral que tanto le criticamos.

En definitiva, habrá que pensar si no es más snob criticar una película por no ser suficientemente crítica, o por no ser suficientemente sutil en su crítica. Triangle of Sadness no será la primera ni la última (y, posiblemente, tampoco la mejor) película que cuestione al capitalismo. Mucho más teniendo en cuenta que lo hace desde adentro, con la comodidad de una superproducción de millones de dólares. Pero no deja de ser bienvenida una mirada de este tipo, quizás más por la apuesta estética que por un supuesto mensaje o reflexión que podamos extraer.

 

Datos:

Año: 2022.

Duración: 147 min.

Dirección: Ruben Östlund.

Guion: Ruben Östlund.

Elenco: Harris Dickinson, Charlbi Dean, Vicki Berlin, Dolly De Leon, Woody Harrelson,

Zlatko Buric.

Plataforma: Cine.

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